¿Por qué procrastinamos?


Comienza para generar inercia.
¿Por qué procrastinamos?

¿Por qué procrastinamos?

Sabes que lo que debes hacer y quieres hacerlo, pero no lo haces.
Tienes la intención pero no llega la acción, porque nunca parece ser buen momento.

Procrastinar es dejar las cosas para después, es sustituir las actividades que sabemos que debemos atender, por actividades más fáciles o agradables.

Cuando procrastinamos, de momento sentimos alivio y se disminuyen la ansiedad y el estrés, ya que no tenemos que enfrentarnos a esa actividad que, probablemente sin estar del todo conscientes, nos provoca algo de miedo o la sensación de estar en riesgo o peligro o simplemente un cambio que nos saca de nuestra zona de confort, donde tenemos todo bajo control, estamos muy cómodos y seguros, no existen peligros, riesgos o amenazas.


Cuando hacemos cosas más agradables o fáciles, nos mantenemos ocupados y estar ocupados, inconscientemente justifica nuestra conducta de evadir o posponer lo que deberíamos estar haciendo, es una especie de auto-perdón que nos da tranquilidad y nos libera de la culpa.

Pero ese sentimiento no es para siempre y como nada es gratis y el tiempo no se detiene, llega el momento de pagar el precio de procrastinar, y es ahí cuando todo lo hermoso que sentimos al procrastinar, se transforma en lo opuesto, la tranquilidad se vuelve angustia y el estrés y la ansiedad regresan con más fuerza.

Entonces ¿Por qué lo hacemos?

La acción cura el miedo
Tomar acción para superar la procrastinación.


La respuesta es: Preferimos la gratificación inmediata antes que el bienestar futuro. Las emociones le ganan a la razón.


Esto tiene que ver con la evolución del cerebro humano.

La parte más antigua del cerebro, es el tronco encefálico, también conocido como el Cerebro Reptiliano. Es responsable de algunas conductas inconscientes e involuntarias, de los reflejos básicos y los instintos. Su principal función es mantenernos a salvo, fuera de peligro, y huir en caso de amenaza.

Luego se desarrolló el Sistema Límbico, (donde se encuentran el tálamo, el hipotálamo, el hipocampo y la amígdala cerebral), también llamado Cerebro Emocional precisamente por ser el responsable de las emociones y el estado de ánimo.

Y finalmente la parte más evolucionada de la corteza cerebral, el Neocórtex, responsable del pensamiento consciente, el control espacial, la planificación racional y lógica del pensamiento y el lenguaje. También llamado el Cerebro Racional.

El cerebro emocional tiene más fuerza que el cerebro racional, dicho de otra forma, por naturaleza, las emociones siempre le ganarán a la razón, es por eso que nos resulta tan difícil hacer lo que debemos cuando no queremos, no tenemos ganas o no nos sentimos de humor.


Por ejemplo, supongamos que tenemos el propósito de leer un libro. Cada vez que queremos empezar, aparece otra actividad que nos distrae y dejamos la lectura del libro para después, “para cuando tengamos más tiempo”. Nuestro cerebro emocional está haciendo todo lo posible para desanimarnos y alejarnos de una situación diferente a nuestra normalidad, nos aleja del peligro, se enfocará en protegernos de lo desconocido, del miedo a fracasar o ser rechazados, de ser criticados, etc.

El cerebro emocional junto con el cerebro reptílico, quieren mantenernos “a salvo” exagerando los riesgos y oponiendo resistencia a cada mínimo intento que se nos ocurra hacer, utilizando nuestros pensamientos y creencias autolimitantes como "no es el mejor momento", "ni lo vas a terminar", "ni es tan importante", "ni lo intentes", "no estás listo", "vas a fallar", "no vas a poder", "será un fracaso", etc.

Y finalmente se manifiestan en forma de pretextos, justificaciones, excusas, disculpas, explicaciones, etc: “No empecé el libro porque tuve que sacar la basura.”

La conducta está justificada, no hay culpa, no hay peligro.

La emoción le ganó a la razón.

Ganas fuerza, valor y confianza cuando miras al miedo a la cara.
Debes hacer lo que crees que no puedes hacer.

¿Cómo le hacemos para que la razón sea más fuerte y no la domine la emoción? ¿Cómo dejar de procrastinar?

A muy grandes rasgos, necesitamos fortalecer nuestra Fuerza de Voluntad y mejorar nuestra habilidad de autoregulación.

En los siguientes posts, encontrarás diversas estrategias, técnicas, métodos y herramientas, para lograrlo, elige la que mas se adapte a ti.


Ser valiente es no dejar que el miedo te detenga
Ser valiente es no dejar que el miedo te detenga.



Déjanos tus comentarios, nos interesa saber que te pareció esta información y si te gusto, ayúdanos a compartir y así llegar a más personas.


Comentarios

Entradas populares