Para a ti, que estás luchando más de lo que muestras.
Si te cuesta concentrarte, si sientes que estás perdiendo el rumbo, si te metes en cosas solo para encajar... esta carta es para ti.
Quizá te sientas cansado, saturado o incluso frustrado contigo mismo.
Tal vez sientes que la vida te está exigiendo más de lo que puedes dar, y que por más que lo intentas, te distraes, postergas, evades o terminas metido en situaciones que no reflejan lo que realmente quieres para ti.
Pero debes saber esto: no estás solo y no estás fallando.
Lo que estás sintiendo es más común de lo que crees, y no es señal de debilidad ni de falta de carácter.
Que te cueste concentrarte, que las tareas se acumulen y sientas que no puedes con todo. Que sientas que estar con amigos, salir, o hacer cosas intensas te da un respiro, como si todo lo demás desapareciera un rato.
Es normal querer escapar. Es normal querer pertenecer.
Pero no tienes que hacer cosas que van contra ti para que los demás te vean.
Tú ya vales tal como eres, una fuente de creatividad, pasión, y fuerza, con tu cabeza que va a mil por hora, con tu energía, con tu forma única de mirar el mundo que te hace vivir la vida de otra forma. Aprende a conocerte, a manejarlo y aprovéchalo.
La procrastinación no es pereza.
Es muchas veces miedo, ansiedad, dudas, presión por hacerlo perfecto… o simplemente tu cerebro tratando de sobrevivir en un sistema que no siempre se adapta a cómo funcionas tú.
Es normal que la concentración, la organización y el manejo del tiempo sean desafíos diarios. Esto no significa que no seas capaz. Significa que necesitas formas distintas de abordar las cosas. Y eso está bien.
Mi deseo para ti es que te mires con más compasión y menos juicio, que empieces a construir desde lo pequeño: un día con menos culpa, una tarea entregada sin buscar que sea perfecta, una conversación honesta contigo mismo. Porque no se trata de rendirte ni de cambiar quién eres, sino de crecer a partir de quien ya eres.
Tu valor no está en tus notas, ni en cuántas veces te equivocas. Está en tu historia, en tu esfuerzo silencioso, en tu forma única de ver el mundo. Hay personas que te quieren y te admiran, incluso cuando tú sientes que no estás en tu mejor versión. Y lo más importante: tu felicidad no tiene que sacrificarse para demostrar tu valía.
Pedir ayuda no es fallar. Es un acto de inteligencia.
Construir hábitos, trabajar en ti, equivocarte mil veces y volver a intentarlo… eso sí es valentía.
No te rindas. Aunque el camino parezca borroso ahora, sí hay salida, sí hay progreso, y sí puedes construir una vida en la que sientas paz con quién eres.
Tu historia todavía tiene capítulos increíbles por escribir, y mereces vivirla con calma, con amor y en tu tiempo.
Comentarios
Publicar un comentario
¿Que fue lo mas valioso para ti de este artículo?
¿Nos ayudas con tus comentarios? nos encantará saber más de ti.